Las Guarderías de los juegos de Pokémon no son trigo limpio. Sí, se nos presentan como un lugar pacífico donde los Pokémon conviven felizmente y desarrollan sus habilidades, PERO... ¿es esta toda la verdad? Un equipo de investigación liderado por nadie ha tratado de averiguar qué se esconde detrás de las inseguras vallas que rodean este recinto.
Para empezar, es un negocio regentado por dos ancianos, apacibles a simple vista, pero que esconden algo turbio. Siempre nos encontramos a la señora de la casa como dependienta, cobrándonos con alevosía lo que debería ser un servicio público. Esta señora, igualmente, no tiene claros los conceptos de un negocio: la forma de cobrar los servicios no se basa en el tiempo, sino lo que haya hecho nuestro Pokémon. A la señora por tanto no parece importarle que los Pokémon de desconocidos convivan en sus jardines por tiempo indefinido, cómo hemos podido conocer de reportes de casos de Dittos que han sido abandonados a su suerte por diversos entrenadores.
El otro miembro del negocio es un abuelo que siempre está en la calle. Siempre. Da igual que sea de día, de noche, que esté lloviendo. Siempre está en la calle. La única preocupación de este señor es la observación. Posee una vista privilegiada: sabe las relaciones que tienen los Pokémon entre sí. Además, parece tener una fascinación porque los Pokémon procreen en sus recintos.
Esto es sin duda, un aspecto muy problemático. Sabemos que las guarderías tienden a responder a un público infantil. Por tanto, ¿qué sucios negocios se traen estos señores entre manos cuando nuestros Pokémon aparecen con un retoño? ¿Por qué el señor tiene esa fascinación por los huevos y se los da a los niños que dejan sus Pokémon, sin más?
Es un asunto que debería ocupar las primeras líneas de toda la prensa, en función de que todo el mundo esté al corriente de las perversidades a los que los cuidadores de guardería someten a los Pokémon.
Es verdad, esto puede llegar a dar la vuelta al mundo, se revolucionarán los medios ante este...
ResponderEliminarMIERDA! DITTO!
*corriendo a la guardería*