Lluvia. Acción de llover, según la Real Academia Española. Esto no nos dice mucho, pero es la RAE así que habrá que creerla.
Hay gente que dice que le gusta la lluvia. Sí, sí, de verdad. Imagínate: estás en tu casa con tus invitados y oyes llover en la calle. Muchos mirarán disgustados pensando por la ventana, pensando que cuando tengan que volver a su casa tendrán que abrir el paraguas, ponerse la ridícula capucha que incluía su abrigo o sencillamente, "disfrutar" del goteo del cielo en su cabeza porque no lleva impermeable alguno.
Existe de todas formas esa gente que atribuye aspectos positivos a la lluvia, tales como "qué bonita está la ciudad cuando llueve". La ciudad no está bonita, está vacía. Porque nadie quiere mojarse. Un edificio no es más bonito porque tenga agua. Una acera, el asfalto tampoco. Es sólo agua. Si me dices que es agua de colores hasta lo podría entender. Pero el agua es transparente. Sólo le da a las cosas un aspecto resbaladizo, lo cual no es algo positivo bajo mi punto de vista.
Durante años he pensado que debería haber unas horas establecidas de lluvia. No podemos eliminarla del mundo porque es necesaria para las plantas y todas esas cosas, pero no sé, podríamos temporizarla o algo. Que llueva cuando todo el mundo está durmiendo. Y una hora antes de despertarnos, que pasen un secador o algo. Todos salimos ganando: las plantas tienen su botellón de agua y nosotros no tenemos que mojarnos. Todos felices.
El problema podría ser el trámite legal. Para empezar, ¿quién lleva estos temas? Desde el gobierno seguro que no, porque entonces las lluvias serían aún peores de lo que ya son. Dios es algo así como inalcanzable: sabemos que es un señor muy alto que debe de tener barba, pero a saber dónde vive. No se puede llegar en coche. Ni en patines. Una pena.
Y no sé, ¿cuál sería el método más efectivo? ¿Un mail en cadena? ¿Una petición en Change.org? ¿Una acampada #lluviaprogramadaYA?
Sea como sea, la lluvia no mola. He dicho.