miércoles, 26 de junio de 2013

Cubone

Hace tiempo escribí sobre Tobi, mi primer Pokémon dentro de un juego de la serie y que desde entonces se convirtió en mi favorito. Pero yo ya era seguidor de Pokémon desde antes de que apareciese esta segunda generación, aunque no hubiera tocado ninguno de sus juegos. Por entonces tenía otro Pokémon favorito: Cubone.

La única referencia que tenía de Cubone era la serie de televisión, además de un libro donde aparecían los datos de los 151 Pokémon existentes por aquel entonces. La cualidad de Cubone, más allá de llevar siempre una calavera encima y un hueso como arma, era que se trataba de un Pokémon que se pasaba la vida llorando.

Dudo que tuviera la valentía por entonces de admitirlo, pero yo era un niño que lloraba mucho, pero mucho. Casi siempre a causa de mis inestables amistades en el colegio, que iban y venían de una manera bastante frecuente, con lo cual me hacían estar en un constante cambio de actitud respecto a mis "amigos".

Yo me identificaba con Cubone, o más bien: quería ser Cubone. Cubone lloraba mucho, tal vez por (y me remito a las miles de Pokédex) la pérdida de su madre, que le hacía sentirse solo y que todo le recordaba a ella. Pero aún así era fuerte, y aunque no lo era el que más, sí que aguantaba bien en las batallas, armado con su hueso.

Yo no he perdido a mi madre, pero podía compartir ese sentimiento de cierta soledad y constante recurrencia mental a situaciones que me hacían sentir mal, y que no entendía por qué pasaban. Pero Cubone sobrepasaba todo y luchaba, como uno más.

Puede que haya sido uno de mis referentes, no lo sé. Pero aunque luego cayó en parte en el olvidó, por mucho que creciese, ver a Cubone de nuevo en los juegos de Pokémon siempre me hacía ilusión, y recordar cómo puedes sobreponerte a la vida por muy mal que lo pases.

PD: Lo siento por ese final tan cursi. O bueno, por toda la entrada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario