sábado, 20 de abril de 2013

Futuro musical

La graduación iba a comenzar. Todas las canciones de la nueva promoción iban vestidas con sus mejores galas de graduadas, mientras observaban expectantes a lo que el director de la academia musical iba a pronunciar en unos segundos:

- Ha llegado el día -pronunció, mientras se acercaba bien el micrófono- La sesión de grabación acaba de terminar y ya estáis listas para pasar al proceso de selección. Sin embargo, vuestro futuro es muy incierto. Podéis cosechar el éxito, pero también el fracaso. Todo depende de la decisión que vuestros dueños tomen. Que tengáis suerte.

Todas las canciones irrumpieron en un aplauso mientras el director abandonaba la escena. Mientras tanto, se levantaban y comentaban sus posibilidades de futuro.

- Yo creo que puedo llegar a ser... ¡una canción del disco! Saldré habitualmente en los conciertos, y todo buen fan me apreciará cada vez que empiecen a sonar las primeras notas.
- Pues yo aspiro más alto. Espero ser un single, del que todos se sabrán mi letra, o al menos tatarear la melodía. Algunos acabarán hartos de mí, pero me querrán en el fondo de sus corazones.
- Yo sólo espero no ser una canción que no entre en la lista definitiva del álbum... Y que me filtre unos segundos en internet y todos mueran por saber de mi existencia pero nunca salga a la luz...

Había algunos tipos más. Estaban los bohemios, que eran los b-sides, y que todos los fans adoraban por encima de su propia familia. La canción del disco que el artista sólo cantaría una vez en un concierto, porque era tan personal y profunda que le costaba horrores mostrar sus emociones en directo, pero que lo hacía por sus fans. Estaba la canción que era conocida por salir en el anuncio de los zumos, pero que nadie sabía de quién era. También estaba la que simplemente era un remix, y no tenía ninguna personalidad. Y luego estaban las versiones acústicas, que eran las más modestas.

martes, 2 de abril de 2013

Reclamación temporal

A los estimados encargados de mantenimiento de la empresa,

Somos un grupo de gente numeroso que nos encontramos en una situación desesperada a causa de la actividad que su empresa ha estado teniendo durante los últimos meses. No sabemos cuál ha sido el factor que les ha llevado a este cambio radical de comportamiento, cuando durante otros años han sabido realizar su labor de una manera justa y eficiente.

Les pedimos por favor que paren ya con sus bromas. La gente tiene que prepararse aún más cada día que tiene que salir por la puerta de su hogar, y a continuación efectuar unos trayectos rápidos para que el malestar no les acoja, todo ello a causa de las opciones que su empresa esta tomando últimamente.

Por favor, paren ya con las lluvias. Queremos al sol de vuelta, y si no lo vemos en un plazo de una semana emprenderemos acciones legales contra Cielo Santo SA.

Atentamente,

PARAGUOS (Plataforma de Afectados Radicalmente A Goteos Una y Otra Santa -vez-).

lunes, 1 de abril de 2013

Tobi

Totodile ha sido siempre mi Pokémon favorito. Fue, por supuesto, el primer Pokémon de todos que tuve en un juego. Su posición de favorito se ha mantenido casi siempre, aunque de vez en cuando se ha visto en entredicho con Houndour, aunque siempre el pequeño cocodrilo ha sabido imponerse.

Mi amor por Totodile surge por tanto con mi primer juego de Game Boy, Pokémon Plata. A diferencia de mucha gente no llegué a jugar a las primeras ediciones de Pokémon en su momento, y sólo sabía de la existencia de Pikachu y compañía por la serie de televisión, así como de la película que por entonces habría salido. Junto a mi madre fuimos a comprar un juego para estrenar mi recién llegada Game Boy Color, de color morado y transparente. Como yo por entonces no tenía mucha idea del mundo videojueguil, en primer lugar quise hacerme con un Pokémon Pikachu. Luego el cajero nos comentó que no era un juego como tal, y fue cuando entonces me decidí por Pokémon Plata.

Yo por entonces sólo conocía la primera generación de Pokémon, ya que la serie de televisión no había entrado todavía en la saga de Johto, o al menos yo no había visto capítulos suyos. Como no tenía tampoco la menor idea de en qué consistía un juego de Pokémon, cuando éste me preguntó mi nombre yo le contesté "SQUIRTLE". SQUIRTLE sería el nombre que se quedaría de manera permanente para el pobre entrenador de 32 bit.

Imaginad que pone SQUIRTLE. Y que está en español. Y YA ESTÁ.

Fue poco después, tras la irrupción del vándalo pelirrojo en el laboratorio del profesor Elm cuando conocí por primera vez a Totodile. Cyndaquil no me convencía del todo, tenía un aspecto un tanto raquítico. Chikorita aún menos: ni siquiera se podía identificar de qué se trataba. Sin embargo, Totodile molaba un montón: era un pequeño cocodrilo, con pinta de travieso, y por si fuera poco, del tipo agua, como Squirtle.

Así que mi decisión fue muy rápida: Totodile sería mi primer Pokémon. Y entonces hice algo que muy rara vez haría posteriormente en un juego de Pokémon: ponerle un mote. Y como si de un perrito se tratase, yo le puse el nombre más mono que pude: Tobi. Tobi sería mi nuevo compañero de andanzas.

Lo pasamos bien en nuestros primeros días: la Ruta 29, infesta de Rattatas y Pidgeys, el señor que nos regalaba un mapa, el Señor Pokémon y su extravagante casa rosa, el alternativo líder de gimnasio Pegaso y la torre Bellsprout: nada nos podía detener a Tobi y a mí. Además, a nuestro equipo se había unido un joven Sentret, que también era muy mono, pero mi creatividad tenía sus límites y no le di ningún mote. Un joven Pidgey también se uniría posteriormente.

Pero los Pokémon crecen, y para mi sorpresa, Tobi ya no sería tan rematadamente adorable como por entonces. Al paso de rutas y gimnasios, Tobi se convirtió en primer lugar en un Croconaw, y finalmente en un Feraligatr. El Tobi adulto de mono tenía poco, y no le pegaba para nada su nombre de Tobi; pero aún así mantuvo su nombre, y con mucho orgullo.

El equipo también creció: Sentret se convirtió en un Furret que sabía surfear, Pidgeot nos llevaba de un lado para otro, Graveler se cargaba todo lo que veía por delante, y Lugia era el pijo del grupo, al ser el único miembro. Había un sexto integrante pero por más que trato de pensar de quién se trataba no consigo acordarme de quién era.

El caso es que Pokémon Plata fue uno de los juegos que más me marcó durante mi infancia, y que más amor me apegó hacia Pokémon. Posteriormente me compraría todas las nuevas ediciones que iban saliendo, y hasta el día de hoy no he dejado de cumplirlo (bueno, no tengo Pokémon Blanco/Negro 2, pero no es lo mismo en esencia). Por supuesto, cuando salió Pokémon Edición Soul Silver me alegré muchísimo, y una vez más, Totodile me acompañó en mis aventuras, esta vez más consciente de a qué estaba jugando. Y ese Totodile me acompañará por mucho más tiempo, ya que le pienso seguir transfiriendo de juego en juego, hasta que la lista de Pokémon sea de tal cantidad que sea prácticamente imposible de memorizar...

Pero no importará por que Tobi estará allí conmigo.